El origen del pensamiento administrativo
La administración como una actividad práctica surgió cuando los hombres primitivos se unieron y se organizaron para poder enfrentar las condiciones adversas a que les enfrentaba la naturaleza. Cuando el número de individuos aumentó las necesidades de alimento, vestido y protección también lo hicieron y, por lo tanto, la condición de sobrevivencia de la comunidad pasó por la búsqueda de una adecuada organización grupal. Esta debía permitir tanto la cohesión del grupo como la obtención de los satisfactores que se requerían, no sólo para la subsistencia sino también para la reproducción de la propia comunidad. A partir de este momento la administración, aunque de forma totalmente intuitiva y rudimentaria, se hizo necesaria en la organización de la vida de individuos.
Es decir, desde la formación de los clanes, cuando algunos individuos se especializaron en ciertas tareas comunitarias, hasta la creación de los grandes complejos sociales-industriales de la actualidad, las técnicas y estrategias administrativa, como formas de organización de las actividades humanas se hicieron indispensables en los procesos productivos, económicos y sociales.
Con el transcurso del tiempo se empezaron a crear principios administrativos que han mantenido su influencia hasta nuestros días. En la antigua Grecia, Sócrates ya hacia referencia a la universalidad del pensamiento administrativo, argumentando que así como cada individuo poseía la habilidad para controlar y dirigir (administrar) una familia, de igual manera lo podía hacer en los asuntos públicos 2. Ya que según él, éstos difieren de los asuntos familiares sólo por el tamaño de la empresa. En este punto cabe aclarar que aunque para éste filosofo no había una clara diferenciación entre lo que actualmente se conoce como el campo de la administración pública y el campo de la administración privada, posteriormente se desarrollarían principios administrativos y metodologías específicas a cada uno de estos campos de la práctica administrativa.
Con el transcurso del tiempo otros pensadores, como en el caso Rousseau, pusieron mucho énfasis en la necesidad de distinguir la atribuciones y derechos que correspondían al soberano, a la gestión pública y las relativas al pueblo. De esta división se originaron prácticas y cursos de acción diferentes para la consecución de los fines públicos y de los fines privados.
De manera ya más formal, una de las instituciones pioneras en el uso e implementación de métodos administrativos fue la iglesia católica. Lo complejo de esta institución, su enorme tamaño y la necesidad de controlar desde el poder central un amplio grupo de comunidades originó que empezaran a ponerse en práctica algunos principios de carácter administrativo. Inicialmente ralacionados con la "administración de personal" y con los cuales se realizaba la asignación jerárquica de funciones y responsabilidades entre la gran burocracia eclesiástica. Por otra parte, y dado que la iglesia católica llevaba al cabo una gran variedad de actividades, entre las que destacaban la prestación de servicios religiosos, la educación, la organización en los hospitales y los orfanatorios, lo que sumado a la gran dispersión geográfica de las comunidades bajo su dominio e influencia, hizo necesario que la administración de la hacienda eclesiástica tuviera que sujetarse de estrictos "modelos de control financiero", con los cuales poder registrar adecuadamente los ingresos y los gastos de la iglesia.
De los ejemplos anteriores se desprende que el pensamiento administrativo y su práctica tienen un origen bastante lejano. Sin embargo, para el mundo occidental éste adquiere un carácter sistemático y elaborado a partir de la consolidación del sistema manufacturero, durante la revolución industrial.
Como veremos más adelante, es hasta que las transformaciones productivas y comerciales en el capitalismo hicieron necesarios métodos de administración de personal, de planeación financiera y de control de la producción cuando la administración empieza a formar un campo de investigación, de prácticas y de conocimientos específicos.
Durante el feudalismo y debido a factores tales como la insuficiencia en la demanda de productos, la precaria situación de los medios de comunicación, así como los problemas generados por la inexistencia de un patrón de cambio adecuado, las actividades productivas estaban reducidas al intercambio entre los integrantes de una misma comunidad. En este momento no se hablaba de mercancías, ya que sólo había intercambio de productos entre un artesano y otro. La actividad productiva se desarrollaba a través del Sistema Doméstico, donde sólo se producía para el consumo familiar y el excedente se destinaba al trueque.
Con el transcurso del tiempo y mediante la creación de patrones de cambio exactos, los intercambios ya no se realizarían mediante trueques. Las transacciones financieras se hacían en la Corte de Cambio de Dinero, donde las diversas monedas eran pesadas evaluadas y canjeadas 3. Con patrones de cambio exactos los intercambios de mercancías podían realizarse más fácilmente. En adelante, los que se quiere es vender vino, recibir dinero y con este dinero comprar el abrigo. Lo que fue simple transacción de mercancías se convirtió en transacción doble; mediante la introducción del dinero el cambio de artículos se hizo más fácil y el comercio tuvo un gran estímulo 4.
Los resultados de esa transformación no se haría esperar. El comercio se expandió y el gremio empezó a perder terreno, ya que la organización productiva gremial sólo era capaz de producir para mercados muy pequeños y, por tanto, satisfacer una demanda de magnitud nacional, o quizá mayor, resultaba imposible. La organización de la actividad productiva mediante el monopolio gremial se había convertido en un obstáculo para el desarrollo de la industria y el comercio.
En esta etapa del desarrollo productivo la incipiente práctica de la administración estaba reducida a la división de tareas existente entre los miembros de la familia para la elaboración de los productos que la misma requería.
Este método de producción fue sustituído por el Sistema Domiciliario, cuyo rasgo fundamental fue el surgimiento de un intermediario entre el productor y el consumidor. Este fue el precursor tanto del moderno empresario como del administrador. Contrataba a las familias a precio fijo, les proporcionaba los materiales indispensables y les indicaba la cantidad y las características de los productos que debían elaborar. El resultado de tener que llevar y traer regularmente materias primas y productos a la casa de los productores era la constante pérdida de materiales. Esto motivo a los intermediarios a crear los primeros métodos para el control de la producción y los materiales.
En el transcurso de los siglos XIV al XVIII, la actividad productiva evolucionó en términos administrativos y tecnológicos de manera gradual, y los primeros empresarios pudieron ir incrementando paulatinamente la productividad y sus ganancias. Para este momento los empresarios aparecían como verdaderos administradores, en el sentido de que conocían todas y cada una de las etapas involucradas, tanto humanas como económicas y técnicas, en la elaboración de sus productos y en la distribución de los mismos.
Como puede apreciarse, la aparición del dinero provocó un cambio trascendental en la relaciones productivas y económicas, permitió que en adelante los intercambios ya no requirieran estar sincronizados, dio mayor movilidad entre factores, agilizó la demanda de productos, impulsó el crecimiento de las ciudades y ello, en conjunto, estimuló la aparición del sistema de producción manufacturera.
Ante la expansión de la demanda y lo complicado de llevar las materias primas a la casa de las familias, el intermediario, ya convertido en empresario, construyó recintos destinados a la colocación de la maquinaría y las herramientas. En adelante el trabajo ya no se realizaría en la casa de la familia sino en la fábrica y bajo la supervisión del patrón-administrador. En lo consecutivo el problema fundamental de la producción fabril sería incrementar rápidamente la productividad, para lo cual los tanto los procesos productivos como las actividades organizativas dentro de la fábrica habrían de parcializarse y estandarizarse. El momento de la gran división del trabajo en las fábricas había llegado.
Inclusive a nivel de las relaciones entre países esos planteamientos ya habían encontrado un campo fértil. En este orden de ideas, quienes inicialmente plantearon la necesidad de desarrollar formas de cooperación productiva y comunitaria, entre países o entre regiones, basadas en la "división del trabajo" fueron algunos economistas. Entre los que encontramos a Adam Smith 5 y a William Petty. El primero centró su atención en los beneficios que cada nación obtendría especializándose en la producción de aquellos bienes o materias primas que le resultaran más baratos de producir. Para Adam Smith la división del trabajo a nivel mundial era la fuente principal de incremento en la riqueza de los pueblos. Por su parte, William Petty puso énfasis en las ventajas y el beneficios económicos que podrían obtenerse mediante la parcialización del proceso productivo en la industria inglesa del paño 6.
Con el Sistema de Producción Fabril nacía el capitalismo y se iniciaba la etapa de formalización de la práctica y el pensamiento administrativos. En ese contexto surgieron laboriosos empresarios como Richard Arkwright quien planteó que la centralización del mando y el establecimiento de tareas basada en una estructura organizativa jerárquica permitía un mejor control de actividades_dentro de la empresa 7.
Por otra parte, y con el auge de las ciencias de la naturaleza algunos pioneros dentro del campo administrativo propusieron la utilización de las fases del método científico en el estudio y el análisis de los procesos productivos y sus problemas. Desde su perspectiva, con la aplicación de las fases del método científico a la organización de la empresa y al proceso productivo se podrían mejorar los resultados productivos y económicos en las empresas.
En esta etapa encontramos a Mathew Bulton y James Watt, a quienes se deben las primeras técnicas para la planeación y los pronóstico de la producción. Estas se basaban en una estricta división del trabajo y en la determinación, por medio de análisis estadísticos y de muestro, de estándares de calidad. Otro ejemplo importante fue el de Eli Whitney, quien utilizó el método científico en el análisis de la manufactura de fusiles de partes intercambiables. Este empresario además creó un sistema extensivo de control de costos que permitía llevar a cabo una avanzada administración de las entradas y salidas de efectivo 8.
Una mención especial debe hacerse en el caso de Robert Owen, quien en el primer cuarto del siglo pasado, además de desarrollar uno de los más interesantes experimentos de reforma político-social 9, hizo planteamientos, que posteriormente llevó a la práctica, acerca de lo que más adelante se conocería como "administración de personal". Para él las condiciones en que los trabajadores ingleses vivian en el período de la revolución industrial eran inhumanas, dado lo precario de las condiciones de salubridad de los centros de trabajo y lo extenuante de las jornadas laborales. Ello le hizo pensar y proponer que así como las maquinas y las herramientas requieren de un mantenimiento especial, también la "maquinaría viva", los trabajadores, necesitaban condiciones higiénicas y adecuadas de trabajo. Asimismo, se preocupó por proporcionar alimento, vivienda y educación adecuada a los trabajadores con el objetivo de que pudieran realizar mejor sus labores. Se propuso dar un trato más humano a los trabajadores y redujo la jornada de trabajo, excluyó del mismo a menores de nueve años y pugnó por el establecimiento de un Sistema de Instrucción para Adultos.
A partir de las propuestas y aportaciones que hizo en torno al trato que debían recibir los trabajadores se le conoció, en lo consecutivo, como el "Padre de la Administración de Personal". Lo innovador de su pensamiento no ha perdido vigencia, porque aún en las condiciones actuales de la industria se considera que entre más adecuadas sean las condiciones del lugar de trabajo y mayores los niveles de instrucción y capacitación del personal mejores resultados se obtendrán en la operación de las organizaciones.
Posteriormente, el ingeniero Charles Babage, elaboró algunas de las primeras ideas sobre los Estudios de Tiempos y Movimientos. Estas serian retomadas casi un siglo después por F. Taylor para demostrar que la parcialización más minuciosa del proceso de trabajo -división del trabajo- reducía los tiempos muertos, hacía más eficiente el proceso de trabajo y generaba grandes ahorros con la reducción en el desperdicio de materiales.
De este período destacan por su importancia los avances logrados en la administración de personal y en la fragmentación del trabajo en sus operaciones más simples, lo que creó las condiciones para la implementación de métodos para evaluar la eficiencia del trabajo humano y los procedimientos necesarios para el desarrollo de las técnicas de planeación y control de costos.
Los ejemplos anteriores sirven para mostrar que la administración como práctica y como método de organización de las actividades humanas esta ligada directamente al proceso de evolución de la industria, el comercio y la tecnología: procesos relacionados con las trasformaciones de las sociedades y de los mercados y de las pautas de consumo de los individuos. Ya que entre mayor es el grado de desarrollo de las sociedades las necesidades de los individuos tienden a ser cubiertas con productos de mayor grado de elaboración. Lo que exige el desarrollo de un proceso de a transformación constante de las formas administrativas y productivas.