"Evolución de la administración"
La Administración ha sido esencial para garantizar la coordinación de losesfuerzos individuales desde que el
hombre comenzó a formar grupos para alcanzar metas que no habría podido satisfacer en forma particular, o bien
desde que el hombre toma conciencia de su existencia y comienza a intentar controlar una serie de variables para
hacer de su vida algo más seguro y confortable. La tarea de los administradores ha crecido en importancia, en la
misma medida en que la sociedad ha ido confiando la satisfacción de sus metas en el esfuerzo del grupo. Cada
vez es mayor la toma de conciencia acerca de la condición de pasivos que tienen los recursos físicos, financieros
y los mismos recursos humanos, si no se sabe combinar y coordinar en un sólido proceso administrativo.
Aparece la administración como una actividad crítica en relación con el progreso. Señalan los autores Koontz y
O'Donnell: "Un país puede tener abundantes recursos naturales o humanos, incluyendo la mano de obra calificada
y recursos de capital substanciales, y sin embargo, ser relativamente pobre porque hay muy pocos
administradores competentes disponibles para conjugar con eficacia estos recursos en la producción y distribución
de bienes y servicios útiles".
Al leer el párrafo anterior, resulta difícil comprender que la teoría y ciencia administrativa haya iniciado su desarrollo
como tal, recién en el presente siglo. En efecto, la administración como preocupación es casi tan antigua como la
Humanidad misma. Existen escritos y otros datos relacionados con la administración que datan desde la
antigüedad; se puede citar preocupaciones de los antiguos pueblos, como los egipcios, griegos y romanos, de la
iglesia católica, de las organizaciones militares, de economistas, políticos y mercantilistas. Todas estas
preocupaciones podrían calificarse como intentos empíricos, filosóficos o pre-científicos para mejorar la
administración.
A mayor explicación, y sólo con propósitos informativos, mencionaremos algunas contribuciones a la práctica de
la administración que datan de antes de la era cristiana:
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En los papiros egipcios se reconoce la importancia de planificar, organizar y controlar;
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Hammurabi, en Babilonia, reconoce que la responsabilidad no se puede delegar;
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Los hebreos plantearon principios de jerarquización en las organizaciones;
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Escritos de los Chinos se refirieron a la selección de funcionarios públicos honestos, generosos y capaces.
También reconocen la necesidad de estándares o metas de rendimiento;
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Las formas de vida en las ciudades griegas y en la república ateniense, indica su aprecio por la función
administrativa;
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Roma, con los principios de estructura piramidal y de delegación de autoridad, cimentó un imperio con una
organización y eficacia nunca antes conocida. Platón, en aquella época, ya proponía la utilización de las
descripciones de cargos.
Ya en la era Cristiana:
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Jesús utiliza el principio de unidad de mando y practica las relaciones humanas;
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Los venecianos imponen procedimientos de inventarios y de control de costos;
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Maquiavelo describe las cualidades del liderazgo y señala caminos para alcanzar la cohesión organizacional;
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La iglesia Católica ha sido por siglos una eficaz organización formal, con objetivos y estructuras bien definidas y
eficientes procedimientos administrativos, que sólo en los últimos tiempos han venido a utilizar otras instituciones;
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Las organizaciones militares han desarrollas principios y prácticas para administrar grandes grupos.
En las proximidades del siglo XX, podemos mencionar algunos precursores de la administración científica:
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En Gran Bretaña, en el Siglo XVIII, James Watt Jr. y Mathew Robinson Boulton aplican a la administración de
empresas: las investigaciones de mercados, la disposición de las máquinas de acuerdo al flujo de trabajo y el uso
de estándares para los procesos productivos;
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En Escocia, en el Siglo XIX, Robert Owen, echa las raíces de la administración moderna de personal, aplicando
una serie de medidas en favor de los trabajadores, en una época en que estos eran considerados instrumentos
inertes.
Escribió Owen a los superintendentes de las empresas que él administraba: "Ustedes han experimentado durante
muchos tiempo en sus operaciones de manufactura las ventajas de una fuerte, bien ideada, y bien fabricada
maquinaria. Entonces, si un cuidado adecuado del estado de las máquinas inanimadas puede producir resultados
beneficiosos, ¿Qué podría esperarse si ustedes dedicaran una atención igual a sus "maquinas vitales", las cuales
están mucho más maravillosamente construidas?".
Sería interminable continuar revisando contribuciones de los empíricos, filosóficos y pre-científicos a la moderna
administración. El hecho es que los avances experimentados por los actuales sistemas administrativos no habrían
sido posibles sin sus aportes.
En efecto, las teorías y los principios que orientan la actual práctica de la administración, normando las funciones
de planificación, organización, dirección y control, han tenido un lento cuanto sostenido desarrollo a través del
tiempo.
Se tardo decenios y siglos en reconocer el valor del liderazgo compartido; la importancia de la motivación y la
información como factores de afiliación psicológica de los miembros a la organización; la influencia de la
organización informal en la vida institucional; el carácter de sistema abierto que poseen las organizaciones
humanas, etc.
Asimismo, hubo lentitud en reconocer la universalidad de las funciones y principios administrativos, cualquiera
fuera la naturaleza, los objetivos o el tamaño de la organización. En efecto, todo administrador (Gerente de
empresa, jefe de servicios públicos, director de establecimiento educacional, etc), debe cumplir las mismas
funciones administrativas (Planificar, organizar, dirigir y controlar); lo que varía, obviamente, son las habilidades no
administrativas que exige cada tipo de empresa (Industria, hospital, colegio, etc) y cada cargo o puesto.
Existen hechos que han contribuido ostensiblemente a destacar la importancia de una administración científica en
el último medio siglo. La Gran Depresión Mundial que siguió al año 1929, mostró que había existido una deficiente
manipulación de los recursos humanos y no humanos. La Segunda Guerra Mundial y los subsecuentes programas
espaciales y de defensa, destacaron la importancia del administrado y de las funciones administrativas para
obtener resultados a bajo costo. El crecimiento de las empresas y el aumento de la competencia, ha obligado a
considerar la relación costo-precios. Las empresas que no aplican técnicas modernas de administración, ven
aumentar sus costos y quedan a merced de aquellos competidores que sí lo hacen.
Esta rivalidad no es sólo aplicable a las empresas de negocios. Los servicios públicos, la
educación, la salud, etc. se ven enfrentados a una búsqueda de eficiencia. Normalmente las necesidades superan
largamente a los recursos disponibles, situación que obliga a una óptima utilización de estos últimos para el logro
eficaz de los objetivos, materia que es justamente la preocupación central de la administración moderna.
Por todas las razones expuestas, la lentitud de los períodos empíricos, filosóficos y pre-científicos
de la administración, ha sido desplazada en el presente siglo por un acelerado progreso, surgiendo varias escuelas
o corrientes administrativas de base científica